Hace ya unos treinta años asumí la dirección de la Fundación Charles Léopold Mayer para el Progreso de la Humanidad (FPH), hasta mi reciente jubilación en 2010. Para mi fue una aventura apasionante. Había pasado unos treinta años al servicio del Estado francés. En la FPH todo estaba por inventarse. A partir de 1990 nuestro consejo de fundación llegó a tres conclusiones

  • 1). El financiamiento de proyectos puntuales, escogidos en función de criterios establecidos a priori, no permiten extraer el mejor partido posible en la libertad de acción que caracteriza una fundación. Tenemos el deber de ser cada vez más ambiciosos, contribuyendo, aun modestamente, a afrontar los grandes desafíos que tiene la humanidad;
  • 2). La humanidad ante el hecho de su impacto sobre el planeta, ha hecho la mundialización irreversible y está precisamente llamada a enfrentar retos de un tamaño y naturaleza nuevos que las instituciones; herederas del pasado están mal preparadas a afrontar
  • 3). Antes, las relaciones entre los pueblos y las naciones podían ser comparables a relaciones entre habitantes de pueblos vecinos, comerciantes, cooperantes, éstos pelean pero se ponen de acuerdo en la casa. Hoy en día las cosas son distintas, las relaciones son comparables a inquilinos de un mismo apartamento, los cuales están obligados a compartir una nevera y hasta un mismo baño. Por supuesto que esto obliga a inventar nuevas formas de diálogo entre las sociedades. Se busca unirlos a partir de los desafíos comunes a afrontar y resolver. Estos desafíos comunes a relevar, deben volverse cada vez más importantes de lo que los separa, entre otros, diferencias de cultura, de grado de desarrollo material y todos los resentimientos heredados del pasado.

En 1994, la búsqueda de nuevas formas de acción y de diálogo internacional nos llevó a lanzar la Alianza por un Mundo Responsable y Solidario (www.alliance21.org) montada en torno a desafíos comunes. Con ese mismo objetivo, en 2001, se organizó y realizó la Asamblea de Lila, una asamblea mundial de ciudadanos, única en su género (www.alliance21.org/lille) esto nos permitió descubrir que más allá de nuestras diferencias, podemos ponernos de acuerdo sobre los cuatro grandes desafíos para la transición hacia sociedades sustentables:

  • contribuir a la emergencia de una comunidad mundial unida por un destino común;
  • promover una ética común de la responsabilidad yendo a escogencias individuales al derecho internacional para gestionar nuestras interdependencias;
  • comprometer una revolución de la gobernabilidad, es decir, inventar modos de gestión de las sociedades adaptadas a la naturaleza y al tamaño de los problemas a resolver;
  • cumplir el gran <retour en avant> de la economía a la oeconomía pues sus modos de desarrollo deberán hoy en día contribuir al beneficio de todos y límites de la biosfera, lo que ha sido hasta ahora de la oeconomía hasta el siglo 18 y la revolución industrial donde la oeconomía se convirtió en la economía, entre tanto la idea de una ciencia autónoma fundada sobre la creación incesante de nuevas necesidades y de nuevos productos en detrimento del planeta.

Desde el año 2001 todos mis compromisos individuales y personales han sido contribuir a relevar los cuatro desafíos antes mencionados. Lo hice utilizando los recursos intelectuales puestos a mi disposición, con la convicción cada vez más fuerte que sin cambios de nuestros modos de pensamiento y de diálogo internacional, las estupendas iniciativas que vemos aparecer no llegarán a provocar la trasmisión sistemática donde cada uno sabe la necesidad.

Por ejemplo, en esa línea yo fui llevado a inventar el Foro China Europa (www.china-europa-forum.net) una nueva forma de diálogo de <sociedad a sociedad> con la alianza para sociedades responsables (www.ethica-respons.net) una declaración universal de responsabilidades humanas, a inventar con CITEGO (www.citego.info) nuevas formas de intercambio de experiencias sobre las ciudades, los territorios y su gobernabilidad.

Desde que soy presidente honorario de la Fundación y en 2014, con este título despojado de todas las responsabilidades institucionales, adquirí la costumbre de escribir, aproximadamente, un texto mensual, un blog que parte de la actualidad: las elecciones al parlamento europeo; la preparación de la COP 21, etc y la relación con reflexiones más generales; a menudo combinando un texto con una nota de reflexión más amplia y profunda. Estos documentos son todos licenciados "creative commons", por lo que pueden ser difundidos en todo o parte, y de forma gratuita, en otras redes o en revistas.

El interés suscitado por este procedimiento me incita actualmente a ir más allá, más lejos, difundiendo a los numerosos compañeros de todos los continentes, los cuales hice en los caminos andados, a partir de diferentes iniciativas. Ahora, retomando esos textos, produzco una carta periódica en francés, inglés y español. La inminencia de la COP21 y las iniciativas tomadas en esta ocasión me conducen, en los próximos meses a adoptar, provisionalmente, una frecuencia de difusión mayor de dicha carta.

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