Queridos amigos

En mi post del pasado mes de diciembre, me refería al trabajo colectivo realizado para aportar transparencia a una campaña electoral que ya veíamos que podía no estar a la altura. Los dos meses transcurridos no nos han tranquilizado en este punto. Por eso, nuestra dinámica colectiva se ha ampliado: de "taller" en la Fábrica de las transiciones, se ha convertido en un llamamiento: "¡Atrevámonos a los territorios!", presentado en un sitio web dedicado. Todos los que compartan esta preocupación están invitados a firmarla en: http:

//osonslesterritoires.fr/5.html

Pourquoi "Atrevamos los territorios"? porque creemos, como subraya el llamamiento que sigue, que hay que descentralizar, salir del encierro de la escena nacional sobre sí misma; que los territorios, las cuencas de vida, los lugares de arraigo concreto de la sociedad, los espacios de cooperación entre sus diversos actores, están llamados a desempeñar un papel principal en la conducción de la transición sistémica que se nos impone; y que, por lo tanto, es fructífero pensar en el mundo desde el punto de vista de los territorios, porque cada territorio, aunque esté aparentemente marginado, se ve afectado por todos los cambios del mundo y constituye un espacio privilegiado para pensar juntos en nuestro futuro; para pensarlo con vistas a actuar tanto local como globalmente.

Este enfoque colectivo ha dado lugar a un "libro de propuestas" que encontrará adjunto. Ouest France publicó un artículo sobre el tema, adjunto, en su edición del 1 de febrero. También realicé una entrevista con un periodista de Ouest France que ayuda a entender el proceso. Se publicará un extenso extracto en el sitio web de Ouest France. Adjunto el texto completo. Esta es la primera etapa de la cobertura mediática de nuestro enfoque. Nuestro objetivo, como han entendido, no es promover a tal o cual candidato, sino aprovechar este momento tan especial de la elección presidencial para poner en la escena pública perspectivas que, hoy por hoy, nos parecen cruelmente ausentes en el debate democrático.

Este es el texto del llamamiento:

2022: elecciones presidenciales y legislativas en Francia; presidencia francesa de la Unión Europea; trigésimo aniversario de la Cumbre de la Tierra de Río. Francia, Europa, el mundo. Tres plazos importantes. ¿Están las perspectivas propuestas hoy a los franceses por los distintos candidatos a la presidencia a la altura de las circunstancias? Lamentablemente no, por dos razones: el escenario político nacional, al polarizar la atención, nos impone anteojeras; el horizonte temporal de los mandatos presidenciales y legislativos nos hace miopes, al ocultar la necesidad de incluir acciones inmediatas en una transición a largo plazo. Una idea errónea que entraña un gran peligro para la democracia: en un momento en el que los Estados se esfuerzan por hacer frente a retos que les superan, la ceguera y la miopía refuerzan las dudas sobre la capacidad de las democracias para afrontar eficazmente los desafíos a largo plazo. La evolución de las sociedades exige, por supuesto, respuestas colectivas a nivel nacional: la globalización del comercio ha aumentado las desigualdades sociales; el envejecimiento de la población está desequilibrando nuestra política sanitaria y nuestros regímenes de pensiones; los cambios en la composición de la comunidad nacional, especialmente en las generaciones más jóvenes, están poniendo en tela de juicio nuestro modelo tradicional de integración; los refugiados económicos, políticos y climáticos se abalanzan sobre las fronteras de Europa; los trastornos climáticos hacen urgente la adopción de políticas nacionales, europeas y mundiales que estén a la altura de los desafíos. Pero, como observó Albert Einstein, no podemos resolver nuestros problemas con el mismo pensamiento que utilizamos cuando los creamos. Es esta ilusión la que encontramos en los debates actuales, mientras que es todo el sistema de pensamiento sobre la economía, la gobernanza, el derecho y las relaciones entre sociedades lo que hay que transformar, rompiendo con la lógica de dominación que estructura nuestras relaciones sociales y nuestra relación con la naturaleza; es todo el sistema de actores heredado del siglo anterior, empezando por el funcionamiento del Estado, lo que hay que repensar. Este es el esfuerzo que ha emprendido nuestro colectivo.

En primer lugar, renovando la perspectiva, vinculando las crisis actuales a una crisis más profunda, la de las relaciones. Esta crisis puede verse en muchos ámbitos: la relación entre la humanidad y la biosfera, con la "naturaleza" reducida al estatus de recurso a explotar; la economía, con actores que persiguen cada uno sus intereses particulares; la sociedad, con una pérdida de cohesión social que las políticas redistributivas no logran restablecer, y con relaciones de dominación que se perpetúan entre los sexos, entre las edades, entre las posiciones sociales; la educación, la ciencia y la gobernanza, donde la especialización de las disciplinas y las políticas hace perder de vista el carácter profundamente interconectado de los problemas; las relaciones entre las sociedades, dominadas por las relaciones de poder entre los Estados, incapaces de crear una comunidad de destino y de gestionar los bienes comunes. Este cambio de perspectiva nos proporciona una brújula, para crear o reparar relaciones: apoyando a los actores más capaces de organizar las relaciones en su seno, los territorios y los sectores; desarrollando la cooperación entre los niveles de gobierno; renovando a fondo nuestro sistema educativo; redefiniendo el contrato social, expresión del equilibrio entre derechos y responsabilidades; poniendo la cooperación en el centro de la vida económica y de las políticas públicas. En segundo lugar, descentralizando, saliendo del confinamiento de la escena nacional a sí misma. Estamos convencidos de que los territorios, cuencas de vida, lugares de arraigo concreto de la sociedad, espacios de cooperación entre sus diferentes actores, están llamados a desempeñar un papel principal en la conducción de la transición sistémica que se nos impone. Tenemos que pensar en el mundo desde el punto de vista de los territorios, porque cada territorio, incluso uno marginado, se ve afectado por todos los cambios del mundo y constituye un espacio privilegiado para pensar juntos en nuestro futuro. Pensar en ello para actuar tanto a nivel local como global. Porque las iniciativas que están floreciendo en todos los territorios, a través de las cuales muchas personas están redescubriendo el gusto por el compromiso, se toparán con un techo de cristal si no se conciben y llevan a cabo simultáneamente transformaciones a nivel nacional, europeo y mundial. Poner las cosas en perspectiva y descentrarlas nos lleva a un conjunto de propuestas, inspiradas en una brújula, capaces de movilizar las energías y las diferentes generaciones en torno a un proyecto federador a largo plazo y organizado en dos partes: condiciones que deben cumplirse para que los territorios sean protagonistas de la transición; -la reforma de las políticas francesas y europeas al servicio del bien Hacemos un llamamiento a todos los que comparten nuestra preocupación por la pobreza actual de los debates para que superen las divisiones partidistas que actualmente esterilizan la reflexión y el diálogo y enriquezcan y lleven adelante estas propuestas presentadas a los candidatos presidenciales.